miércoles, 15 de julio de 2009

Tras realizar una buena campaña pero no evitar el descenso de Talleres de Córdoba y culpar de eso al por ese entonces jefe de gabinete Alberto Fernández, por ser hincha confeso de Argentinos Juniors (“Se preocupa mucho por Argentinos. Le recomiendo que lo haga un poco más por el país"), fue el elegido por Ledo para comandar el barco aurinegro en la campaña 2004/05, pese a que se habían mencionado todos los entrenadores habidos y por haber, para cubrir la vacante que había dejado Saporiti.
Olimpo venía de una campaña muy mala, sumando apenas 39 puntos, por lo que había que armar un buen equipo que sume muchos puntos que ayuden a evitar el descenso. "Vine a Olimpo a triunfar y no le tengo miedo al descenso. Si encontramos el buen momento de cada jugador dentro y fuera de la cancha, vamos a conformar un equipo fuerte y con muchas pretensiones”, fue su presentación.
Pretendo un equipo audaz, eficaz a la hora de defender y atacar y que sea protagonista en todos los campos de juego", también dijo en ese momento, pero nada de eso se logró. El equipo tuvo ratos de buen fútbol ante San Lorenzo, Racing, Vélez y en la victoria ante Rosario Central, pero en general fue un equipo bastante básico y sin ideas que cometía reiterados errores.
Vale aclarar que no tuvo suerte con el fixture porque en las fechas que estuvo a cargo del equipo (fueron 9), se midió con San Lorenzo, Racing, Boca, Independiente, Vélez y los campeonesdelaconchadesuhermana,
jugando en La Plata. Pero apenas logró esa victoria ante los rosarinos, un empate ante el Cuervo.
Para el debut dispuso un 4-4-2 con doble cinco y dos laterales con subida (más Vallenilla que Imboden) y fue el dibujo que mantuvo más allá de algunos cambios de nombre dependiendo del rival de turno.
En la 8ª fecha no pudo rescatar ni un punto ante un accesible Huracán de Tres Arroyos y no le encontraba la vuelta al equipo por lo que ya pensaba en renunciar pero se quedó por pedido del plantel.
Sin embargo, la dura derrota ante Colón en el Carminatti fue la gota que colmó el vaso. Si bien ese partido empezó parejo, en el segundo tiempo hubo serios errores defensivos que terminaron en los goles de Garcé y Estévez que desmoronaron lo poco que quedaba de ese equipo que se retiró muy insultado. Ya sobre el final la gente empezó a pedir su cabeza y si bien se fue sin hacer declaraciones, esa séptima derrota terminó con su campaña en el aurinegro.
En definitiva, le costó encontrar una última línea que le brinde seguridad al arquero que, salvo en el partido con el canalla, nunca pudo cuidar el cero y un volante armador que se pueda asociar con los puntas. La delantera fue otro tema preocupante, apenas un gol del ‘chanchi’ ante los tresarroyenses. Estévez y Rueda –un desastre- llegaron casi sobre el comienzo del campeonato, el uruguayo García pasó totalmente desapercibido y además Delorte y Galván –por ese entonces- eran otros que no le metía un gol ni al arco iris.

1 comment

Anónimo dijo...

Que vende humo era este!!! Un terrible hijo de puta!!!

15 de julio de 2009, 7:48

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